He escogido este nuevo espacio para incluir una de mis pasiones y "necesiddes creativas". Íntimamente ligados a la pasión de viajar por lugares que tienen otras culturas distantes y diferentes a la nuestra, aparecen los "cuadernos de viaje" o "cuadernos de artista". Son los fieles compañeros en estos viajes de estudio, reflexión y observancia de realidades paralelas.
Como viajero tratas de separarte un poco de la realidad cotidiana que te engulle y procuras distanciarte y mirar desde fuera para poder ver más claramente.
En estos viajes, ( a veces sólo son desplazamientos temporales y otras también espaciales), vas aprendiendo y descubriendo cosas que tomas e incluyes en tu andadura, pasando a formar parte de tu bagaje personal. Quedan recogidos en estos cuadernos dibujos, esquemas, vistas particulares, citas, dichos o párrafos extraídos de lecturas interesantes en ese momento y que, aún siendo de otros autores, sientes que tú mismo podrías haberlos escrito ya que, aunque de otra forma, ya los has pensado.
En definitiva, se va conformando una miscelánea que puede parecer de poco valor artístico o documental para el espectador pero que conforma un valiosísimo corpus para el viajero-autor.
Espero que, con el paso de los años, este corpus vaya creciendo, signo de la inquietud del que escribe. Ahora os presento algunas imágenes de los que, hasta ahora, he ido "construyendo" y que guardo entre mis más preciadas posesiones. Espero os agraden.
2012.
Una vez más las semillas vuelven a tomar la superficie del papel y se adueñan del dibujo.
Son formas-ideas recurrentes que se repiten en este afán de representar lo escondido, lo vivo dentro de lo aparentemente seco, dormido.
Entre un fondo oscuro, destaca la forma cerrada que contiene al ser.
Se ilumina desde dentro, desde donde brote, crece y se realiza.
Apunte de lo que luego se materializará en unas figuras talladas a tamaño cercano al natural, en maderas de peral y encina. Están reseñadas en el apartado de escultura.
¡Que oscura era la noche!
Fotografía de la orilla del Tormes, a su paso por mi pueblo natal.
De pequeño acudía a pescar a esta zona, tanto en verano como en invierno.
Llueve entre los finos brotes de juncos.
Apunte para otra pieza escultórica en madera de encina.
Semillas garabateadas a grafito.
Son de la serie con lo que participo en los "Contenedores de Arte", de Magacela
Desnudo en el río.
2011.
2011.
¡Qué pesada es la sombra con la que, a veces, debemos cargar!
Lugares imaginados.
Lugares imaginados.
Las semillas serán frutos...
Soledades?
2010. Manual de perdones a mí mismo.
Cientos de animales encuentran su fin al cruzar carreteras de progreso.
Son asfaltos grises, ásperos, húmedos. Tapices de abandono.
Dibujos de esculturas. Sillas de metal.
2009.
Semillas en forma de piragüa.
Peces de barro. Peces de colores.
Dibujo para pieza de metal "mórfosis".
2008.
Piedras.
2007.
Piedras enraizadas.
2007. Tibet.
Una estupa en medio de una meseta rocosa.
La luz es cegadora y el aire seco es espeso.
Sin embargo todo es sobrecogedor.
La visita al Potala estaba totalmente vigilada por agentes chinos.
Nada más entrar se nos colocaron detrás dos tochos chinos a menos de un palmo que no nos quitaron ojo hasta que no abandonamos el palacio.
Parece ser una práctica habitual cada vez que aparece un grupo de turistas extranjeros.
Los tibetanos llaman Qomolangma al Everest.
Tuvimos mucha suerte a nuestra llegada al campo base, (complejo de tiendas nómadas que hacen las veces de hoteles). No es fácil ver al gigante a causa de las nubes que le envuelven durante casi todo el año. Al día siguiente de llegar, las nubes se abrieron al amanecer y se mantuvo despejada hasta bien entrada la tarde, algo poco común. Había allí grupos que llevaban varios dias esperando para poder visualizar la montaña.
Los cuervos son habituales en estos parajes.
Las noches son extremadamente negras en estas latitudes.
Por ello, las estrellas parecen brillar más que en ningún otro lugar.
Aún así, no puedes coger ninguna.
2006.
2005. Cuzco.
En el año 2005 realizo el primero de los tres viajes que, hasta la fecha, he realizado a Perú.
País que me atraía desde mucho tiempo atrás, Perú me brindó experiencias y vistas que me impresionaron y aumentaron aún más mis ganas por conocer sus raíces prehispánicas. Cuzco es el lugar desde el que se deben afrontar esos primeros pasos y te facilita el escenario perfecto para hacer el ejercicio de trasladar tu imaginación a los tiempos del Imperio Inca. Los restos arqueológicos, culturales y étnicos que aún conviven con el visitante en la calle, hacen que resulte muy sencillo "transportarte" a aquella otra realidad.
Mapas imaginarios que no ocupan espacio ni registran coordenadas.
Lugares dispersos.
Memorias de un espacio imaginado.
Memorias de un espacio imaginado.
Mapas imaginarios de lugares de la memoria.
Entras al servicio de un bar o restaurante en la Plaza Mayor del Cuzco y me impresiona orinar en un retrete de porcelana blanca empotrado en un muro de factura inca de varios metros de espesor, otros tantos de altura y construido con unos sillares de tamaño y formas enormes. El color oscuro, negruzco de esas piedras y la textura redondeada y sudorosa del muro anulan el olor común a cualquier urinario público y llenan de sorpresa, (y acaso magia) tan poco idílico lugar.
Puntos de encuentro contigo mismo en un lugar aparentemente ajeno y lejano a tu propia historia.
Encrucijada de encuentros, de ires y venires, cruce de memorias. Campo fértil en el que lo deseado parece brotar sin esfuerzo alguno.
Este entorno se me antoja un NIDO de NUDOS, de experiencias, de momentos e instantes entrelazados entre sí. Esta amalgama de sensaciones, evocaciones y descubrimientos, dibujan en tu interior unos recorridos o "mapas" personales que vistes con luces y colores muy personales y que se asemejan a los recordados en tu infancia tras lecturas lejanas.
Ya abajo, desde Aguas Calientes, dibujo una impresión que me ha dejado la visita al Machu-Pichu.
Llegamos a él tras recorrer el Camino Inca durante tres días y tres noches. El avistamiento, al amanecer, no se pareció a nada de lo que te anuncian en las agencias que gestionan este trekking. Si te atrae el contacto con lo natural, con lo no contaminado por la conciencia humana, debes esforzarte por desvincularte con el diseño del Camino y replegarte dentro de tí mismo, aún con riesgo de parecer un autista. Hecho este pequeño ejercicio de aislamiento, el disfrute está garantizado.
Ya de vuelta, en Trujillanos (Mérida),
me asalta la forma de un caracol seco en medio del campo.
¡Cómo me encanta ver tus obras!
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